DOS DÍAS EN EL TERRITORIO AMISH DE OHIO
Los dos días que hemos pasado en el Condado de Holmes, entre Berlín, Walnut Creek y Charm serán, sin duda, una de las experiencias que nos quedarán en la memoria para siempre.
EEUU es un país especial, y nuestra experiencia aquí está siendo diferente a todo lo que habíamos vivido hasta ahora, por eso entrar en territorio Amish nos hizo volver, en cierta manera, a los lugares en los que la gente te mira, te sonríe y te desea un buen día.
En Ohio se encuentra la mayor población Amish del mundo.
La tradición choca frontalmente con la modernidad, y pese a su resistencia, los amish sonríen, saludan y se aprovechan del circo turístico en el que se han convertido las principales calles de sus pueblos para vender sus artesanías, dulces y muebles artesanales.
Los Amish surgieron tras los Menonitas, como consecuencia del movimiento anabautista del SXVI en Europa.
Los grupos de personas que se opusieron a la reforma protestante en Suiza, fueron considerados radicales por oponerse al servicio militar obligatorio y al bautismo infantil, por lo que emigraron a Estados Unidos en busca de libertad religiosa.
Cruzaron parte de USA con carros cubiertos, hasta llegar al condado de Holmes, donde se establecieron, en el año 1808, y crearon sus granjas, fueron pasando los años y hoy en día aquí viven sus descendientes, constituyendo la comunidad Amish más grande del mundo.
Es muy interesante ver cómo viven sin tecnología y pretendiendo aislarse de la sociedad moderna que les rodea, se mueven en bicicleta o en coches de caballos, renunciando a las comodidades que ofrecen algunos avances… pese a esto, hay algunos Amish que acceden a tecnologías más modernas, tras consultarlo con la comunidad.
Son una sociedad patriarcal, que cree en la comunidad, en la solidaridad y la vida sencilla.
Pudimos asistir a un concierto, ver un festival con camiones de comida (truck food), mucho ambiente y música en directo, visitamos sus supermercados y restaurantes, una tienda de ropa y librería, si te pierdes por las carreteras menos transitadas puedes ver sus súper casas y la colada tendida… además tuvimos la oportunidad de charlar con una familia y conocer de primera mano cómo viven y cómo funciona el sistema educativo…
Se nos queda la espinita clavada de entrevistar a una mujer Amish, pero todavía nos queda tiempo… y quién sabe, quizá más adelante.
¡Queremos más!